sábado, 26 de marzo de 2011

el orden es


La utopía está en el horizonte. 
Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos 
y el horizonte se corre diez pasos más allá. 
¿Entonces para qué sirve la utopía? 
Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano
 















El orden es en la naturaleza. Existe, es primigenio. La fuerza creadora del orden es diseño en potencia. “La naturaleza del espacio refleja lo que éste quiere ser”, las sugerencias del lugar, el genius loci. Hay ideas para transformarlo, pero no deben ir contra él.

Cuando Kahn se refiere a auditorio, está hablando del instrumento de proyecto, que no es otro que el receptor. El oyente, los oyentes en la medida en que también son recipientes, destinatarios. Sin sensor no hay sentido. ¿Qué sentido tendría la realidad sin alguien que la percibiera?

El punto de partida del proyecto para Kahn es el hombre.

En el espacio está lo que el espacio quiere ser. El diseñador, el arquitecto, ha de olfatear sus potencias para transformarlas. ¿En qué puede transformarlas?

Pero en el diseño no todo vale, por eso un caballo pintado con rayas no es una cebra. La naturaleza es el por qué, la Razón. El orden es el qué, la intención, la idea. El diseño es el cómo, la forma. Y las formas son construcción, en cuanto que son estructuras posibles. Todas las formas concebibles son posibles. Nervi o Candela hicieron crecer formas porque buscaban la esencia de los elementos estructurales, y fueron más allá de lo realizado hasta su momento. Si las concibieron pudieron estructurarlas para que existieran. Si se descubre en qué no funcionan, es posible transformarlas para que puedan realizarse.

El diseño alienta más diseño porque busca la transformación de un orden, transformación basada en las potencialidades de ese orden. En realidad el diseño es una persecución basada en la experiencia y la imaginación, porque la imagen es la memoria.










Lo que Kahn dice: “el mismo orden creó al elefante y creó al hombre. Son diseños distintos”, es la afirmación de un evolucionista, que trata el ser como potencia. “Iniciados por aspiraciones distintas, plasmados por circunstancias distintas”. Son desarrollos distintos basados en una misma potencialidad.


El orden no implica la belleza, ni el diseño es hacer belleza”. Cuando dice que la belleza surge por selección, Kahn se está reflejando en el espejo evolucionista, describiendo los sucesivos pasos desde el no valor al valor. Pasos que tienen distinto peso. Está la afinidad, la búsqueda de lo semejante en el contexto. En otro estadio figura la integración, que es la búsqueda de la forma por medio del material. Es aprovechar las potencialidades. Es un poco lo que ocurre en ciertos “ser” de los orientales, las artes marciales consisten en encauzar las fuerzas. Finalmente está el amor, la creación de una ética por la voluntad. El creador puede amar la forma porque le ha dado vida.

De lo que el espacio quiere ser, lo insólito puede desvelarse al arquitecto”, porque no viola la Naturaleza, de nuevo sólo aprovecha sus potencialidades.
Del orden sacará la fuerza creadora y la capacidad de autocrítica para dar forma a este insólito, la Belleza se desarrollará”. Muchas de las cosas que nos rodean son insólitas, pero existen. Transformar la realidad no es imposible. Sólo basta con diseñar otra, basada en el orden posible, que es el real.



Podría inferirse que Kahn está diciendo que no existe la utopía. O que la utopía -proyecto a largo plazo- es imaginable. Sólo son imaginables las utopías que son posibles, y cualquier realización arquitectónica lograda es la realización de una utopía posible.