sábado, 7 de mayo de 2011

METRÓPOLIS de Fritz Lang (3/3)















La estética de principios del siglo XX, aparece en muchos momentos. El vestuario modernista, o el papel pintado de la habitación de Freder, con aire oriental. Lo exótico en Yoshiwara, la casa del pecado, y en su interior los farolillos y  el saledizo en forma de pagoda.  También María aparece capturada en una gran olla soportada por unos señores negros, esa estética tribal africana (tribal etnocéntrica). Dentro de esa sopera gigante, ella es una especie de virgen sacrificada.


La edilicia urbana, se compone de edificios que son como grandes murallas infranqueables, el cielo recortado por esas formas geométricas, casi ni se ve. El módulo de los huecos está muy cuidado, numerosos y diminutos, la imagen es de hormiguero. Pero además de los edificios, están los trenes en altura. El movimiento adquiere una nueva dimensión. No se sujetan al suelo. Desde la calle, las arquitecturas son corpóreas, masivas, con un aire egipcio. Esta arquitectura ecléctica, que constantemente hace referencia a otras. Desde la calle, lo particular de las fachadas es que la primera planta corresponde a más de una altura ordinaria, y aparece como un gran zócalo macizo que refuerza la idea de grandes alturas. Es un truco visual que amplía la escala humana a escala monumental. No obstante, las puertas de acceso a estos edificios, tienen las dimensiones habituales, y también las pequeñas ventanas. La escala monumental, es traducida de una arquitectura catedralicia en los edificios civiles. Lo principal es que un edificio es un contenedor para personas, con lo que necesariamente estará a escala humana. De la misma forma que a escala humana está el avión, y no la Catedral, que ésta está referida a un orden superior. En esta línea, los huecos de la casa serán los adecuados para pasar y asomarse.

También hay referencias a la Edad Media. Como cuando queman en la hoguera a Hel, la mujer robot, como si de una bruja se tratase. En la Escenografía, hay un ambiente de otro tiempo, en las gárgolas góticas, en la atmósfera, en la lucha mantenida sobre la cubierta construida con pequeñas tejas en una ciudad del futuro.

Finalmente, el avance de los proletarios a la Catedral, que es el acercamiento de éstos a un consenso con el capitalista, es rítmico como cuando se dirigían a la gran factoría subterránea. Pues bien, ese avance se materializa de forma triangular, en el que el vértice es el cabeza de los obreros. Avanzan en la pantalla de forma ascendente, al contrario que al inicio. Simbólica es también la estampa en que obrero, héroe y capitalista unen sus manos.


... y en el fondo el futuro ha sido lo que era

marta guirado